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Hemos dejado pasar varios días desde que se produjo el anuncio de la suspensión de la LXX Bajada de la Virgen de los Reyes. Lo hemos hecho por responsabilidad. Por la misma razón que hace apenas quince días salimos a través de los medios de comunicación y redes sociales solicitando se acordara ya el aplazamiento de la cita prevista para el día 3 de julio próximo, cuando debía celebrarse una nueva cita con la Madre Amada que tenemos todos los herreños.

Entendimos entonces, y también ahora, que se trababa de la decisión más sensata que se debería adoptar después de comprobar un mutismo absoluto durante meses de las instituciones herreñas y de sus representantes. Principalmente nos referimos al alcalde de Valverde, al presidente del Cabildo y también a los regidores de Frontera y El Pinar. Resulta curioso comprobar que a día de hoy ninguno de ellos sigue sin hacer una valoración pública ni institucional del anuncio del Obispo como si aquí, en nuestra isla, no hubiera pasado nada.

Nuestro grupo político, la Agrupación Herreña Independiente, antes de proponer el aplazamiento de la fecha de la Bajada había escuchado a los herreños. Nuestros cargos públicos y muchos de nuestros afiliados se han interesado en saber lo que opinan sus familias, sus vecinos, muchas asociaciones y grupos relacionados con la bajada. En su inmensa mayoría consideraban que retrasar la fecha de celebración al momento en que esta lamentable situación de la pandemia pasara era la mejor solución para poder realizar la celebración cuatrienal.

Con el voto de 1741 que dio origen a nuestra Bajada nos comprometieron a hacer todos los esfuerzos posibles para cumplir “religiosamente” cada cuatro años a traer a nuestra Santa Madre desde La Dehesa y celebrarle un novenario. Y nos incumbe a todos los herreños, incluidas las autoridades que nos representan: a las de entonces, que fueron quienes firmaron aquel acuerdo, y a las de ahora. Si, también a las de ahora.

La Bajada es de los herreños, no es solo de la iglesia ni de los herreños creyentes. Es de todos. Ninguna de las partes por si sola tiene por qué sentirse dueña de nada, porque la Bajada pertenece al pueblo. Todos los herreños somos dueños de nuestra historia, de nuestra tradición y, a nivel individual, cada uno de nuestra fe.

La AHI considera que la decisión de suspender la Bajada no es acertada. Nuestra propuesta de aplazarla hasta que la pandemia finalice y las condiciones sanitarias permitan celebrarla como nuestra patrona y los herreños merecen es lo más adecuado. Es lo que consideramos que se debe hacer. Así lo entendieron nuestros antepasados en circunstancias sociales aún peores y con su sabia decisión cumplieron el voto. La Bajada que correspondía en 1937, en plena Guerra Civil, fue pospuesta y se celebró en 1939, al finalizar la contienda. Dos años después se celebró la que correspondiente a 1941.

Apostamos por el aplazamiento estando en la oposición en el Cabildo y los Ayuntamientos de El Hierro, y opinaríamos igual si hubiéramos estado gobernando. Defenderíamos el aplazamiento en las instancias que corresponden: en las instituciones públicas y en el seno de la Comisión Mixta que es, en última instancia, quien representa a todas las sensibilidades sociales en torno a la Bajada: las civiles y las religiosas.

No entendemos ni compartimos el papel mudo y cómplice de las autoridades de El Hierro. ¿Es que no tienen opinión? ¿Les da igual que se suspenda la Bajada sin tan siquiera pensar en esperar uno o dos años con la esperanza de que todo esto acabe o mejore lo suficiente como para hacer posible su celebración? ¿Conocen, respetan y defienden, como están obligados, las tradiciones de los ciudadanos a los que representan? ¿Se conforman con aceptar por comodidad lo que les digan sin tan siquiera preguntarse si lo estarán haciendo bien? ¿Qué responsabilidad tendrán con el futuro?

Que lo sepan los herreños: si se da por bueno y definitivo que la LXX Bajada de la Virgen de los Reyes se suspende desde ahora se habrá incumplido el voto por no propiciar el mandato: “…cada cuatro años…con el mayor culto y veneración la conducirán a esta Villa que haya o no urgente necesidad por el motivo que va relacionado…”.

Si no se hacen todos los esfuerzos posibles, el menor de los cuales es esperar un tiempo prudencial, para cumplir con el mandato dentro de los próximos cuatro años, habrán acabado con nuestra Bajada. No queremos que tal cosa suceda.

Si aún queda margen para la reflexión y la sensatez, nos ofrecemos a compartir con la Comisión Mixta nuestra propuesta para hacer una Bajada segura en cuanto las condiciones sanitarias lo permitan; porque esperamos y deseamos que ese momento llegue antes de 2.025.
Si no se celebrara la Bajada que corresponde a este año, en caso de que las condiciones sanitarias lo permitieran, responsabilizaríamos a las actuales autoridades civiles y religiosas de este irreversible atentado contra la historia, la cultura, las tradiciones y la fe de los herreños. Ese desenlace significaría que no habrían hecho todo lo que está en su mano para conservar intacto el legado patrimonial más importante que tenemos los herreños: nuestra Bajada de la Virgen de los Reyes.

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