El artista canario Tomaso Hernández ha sido el artífice del nuevo diseño del Mirador de Isora. No sólo lo ha hecho más accesible, sino que ha recreado en el lugar parte de la historia de Las Mudadas y los petroglifos de la la Cueva del Agua. Con la unión de los cinco petroglifos ha creado una escultura que será la imagen del mirador.
Paisaje, visitante, historia y arte son un todo en el Mirador.

Una obra que respeta la identidad:

Las Mudadas:

Isora es un pueblo de la comarca de Azofa, su fuente del mismo nombre fue la principal de la isla de El Hierro durante muchos años. A 10 kilómetros de Valverde, la cantidad de árboles frutales, las tierras de cultivo y la ganadería son el sello de este pueblo herreño, donde se llevaba a cabo la tradición de “Las Mudadas”, aquellos traslados de residencia que se llevaban a cabo dentro de la propia isla de acuerdo a los períodos estacionales.

Las razones de estos movimientos se debían al aprovechamiento de los pastos para el ganado, la siega de centeno o cebada; otras veces era para la recogida de la fruta, la curación de los chochos y los mimbres y/o la recolección de recursos marinos. Los herreños que buscaban sal en la costa de El Golfo, vendimiaban en las laderas sobre Frontera y cultivaban huertos en Nisdafe eran.

No podemos perder nuestra identidad, lo que debemos es reforzarla para tener ganada la diferencia con el resto. Las Mudadas ya eran ecológicas y totalmente integradas con la Naturaleza, con sus ciclos y estaciones”. Comenta el artista.

Los grabados rupestres:

En el borde superior del escarpe del acantilado, en la zona de Isora, se localizan los grabados rupestres de la Cueva del Agua. Tomaso recurre también a la fuerte presencia de la cultura bimbache. Los aborígenes dejaron para la historia numerosos petroglifos, la mayoría del periodo neolítico. Se trata de diseños grabados en rocas desgastando su capa superficial que se encuentran repartidos por toda la isla sin que se hayan podido descifrar.
Son el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura.

“Se inicio un estudio sobre la historia de Isora, en el año 2017, en ese trabajo hemos tratado de buscar elementos de la historia que identifiquen al pueblo y que aporten al Mirador unos atractivos históricos para definir más la identidad del espacio y del lugar. Estos petroglifos de la cueva del agua se encuentran en un espacio privado por lo que no puede ser visitada por todo el mundo. En varias visitas entre el año 2017/2020 realizamos una serie importante de fotografías”.
Lo que sorprende al llegar a la gruta es el conjunto de grabados rupestres con formas circulares, herraduras y signos de escritura.
La luz:

Es primordial poner en valor el papel que juega la luz solar en este espacio cavernícola, como con la sucesión de los días y los meses, va penetrando e iluminando los motivos rupestres hasta llegar a los límites de la única espiral existente, coincidiendo con el solsticio de invierno (máxima iluminación). Dicha espiral es el único motivo que permanentemente está en penumbra dando la sensación de revelar el inicio del tránsito al otro mundo, claramente vinculado al inframundo, la morada del espíritu del agua que mana por los poros de la pared de la cavidad. Desde este instante los grabados rupestres se conectan con el cosmos, se reactualiza la creación, se origina un nuevo comienzo (el nuevo ciclo temporal). Es un caso muy particular, único en la Isla que opera según el modelo de la luz. Por otro lado, los tres motivos del extremo septentrional están orientados hacia el lugar del horizonte marino por donde surge la estrella Canopo, al amanecer, sobre el 15-20 de agosto dependiendo de los siglos y principios de febrero en su orto helíaco durante el crepúsculo. En este contexto ritual durante el solsticio de invierno al amanecer, cuando la luz solar penetra en la cavidad, era el momento idóneo para que el hombre que “tenían por santo” se introdujera en el interior de la cavidad para invocar y demandar el beneficio de la comunicación con el otro mundo.

Estos aspectos en la obra de Tomaso Hernández:

La propuesta del artista se centra en la realización de reproducciones
de grabados rupestres sobre piedra a diferentes escalas que se sitúan en la zona alta para que las personas con movilidad reducida puedan apreciarlos, llevando al visitante a un recorrido nuevo por el mirador.

Tomaso ha creado espacios de sombra con motivos vegetales, se han mejorado los jardines, ampliándolos y se han modificado los paneles informativos actualizándolos a la temática de este proyecto, todo ello con soluciones integradas en el entorno natural del mirador.
El lugar cuenta ahora con una mejora a nivel de equipamientos con una reproducción precisa de los petroglifos existentes en la Cueva del Agua. El visitante entenderá la historia contada a través de reproducciones a fuego inspiradas en los pictogramas rupestres, grabadas a fuego en los troncos de eucalipto representando las costumbres de aquella época para darle un carácter integrador con los grabados en piedra, unificando el lenguaje gráfico.


De esta manera, Tomaso Hernández hace que el arte, ciencia, historia, tecnología y diseño confluyan con el medio ambiente natural.

“Mi único propósito es hacer conciencia sobre la conservación de nuestras islas y en consecuencia del planeta”.

La noción de que no hay separación. El concepto de que no debe haber separación entre nosotros y la naturaleza recorre todas sus propuestas artísticas.

De esta manera, el visitante del Mirador de Isora, pasa a formar parte de un todo, paisaje, historia, arte, todo totalmente integrado con el entorno y exaltando la belleza del lugar.

La actuación se ha concretado con la mejora del sistema viario que llega a este mirador, consistiendo la intervención en la mejora del pavimento, asfaltado de la zona de aparcamiento.


Era un lugar deteriorado:

La infraestructura del mirador de Isora, presentaba un deterioro por falta de mantenimiento, actos vandálicos y soluciones inapropiadas, motivo por el que el Cabildo Insular del Hierro, contacta con el artista Tomaso Hernández. Este proyecto, fue un encargo de la corporación anterior, se realizó en el año 2016/17. Interesándose el artista en el estudio de una solución para el acondicionamiento y mejora de las infraestructuras existentes.

En Isora se encuentra el Centro de Interpretación de la Reserva de La Biosfera y no podía permitirse un lugar en estas condiciones.

El artista canario diseña partiendo de las mismas estructuras arquitectónicas que existían en el mirador y se adapta a ellas.

Un aula ecológica y abierta a la naturaleza:

El visitante llega a comprender qué ha ocurrido en los últimos siglos. El Mirador es ahora un aula abierta donde compartir ese patrimonio inmaterial y poder hacer tangible la historia de El Hierro. Tomaso crea el vínculo con el visitante a través de la escultura, las reproducciones de los petroglifos, los pictogramas en los troncos y el espectacular paisaje.

Sus trabajos están cargados de fuerza y originalidad. Muestran una afectividad innata, con un contenido acogedor. Incluso en una especie de tradición romántica. Es un lugar muy poético y eso lo hace poco habitual.

El Mirador de Isora, es un balcón hacia la costa este con una excelente panorámica del Monumento Natural de Las Playas y su famoso Roque de la Bonanza, el Parador Nacional de El Hierro y el resto de la bahía de Las Playas.

Éste es uno de los miradores más privilegiados de la isla de El Hierro, ya que se encuentra en una zona natural de gran belleza, “Es por lo que hemos optado por realizar todos los elementos con motivos vegetales y en acero corten, con una oxidación más pictórica, más orgánica, como también el hormigón del suelo esta tintado con óxido de hierro para que todo sea un
Conjunto”. El artista ha puesto orden y ha simplificado los materiales, reciclando y reutilizando las piedras sobrantes, que estaban en el mirador. Planteó la utilización únicamente de dos tipos de piedras (antes había cinco tipos diferentes). La creación de pérgolas que generan sombras con motivos vegetales, para su integración con el entorno diseñados por el artista y su equipo, para su integración con el entorno, papeleras, las puertas de los servicios y los servicios que ahora son accesibles.

“La Naturaleza es arte… solo trato de aprender de la Naturaleza e integrar mi trabajo en ella”.

La accesibilidad:

Uno de los objetivos principales de Tomaso Hernández era hacer accesible para toda la visión de la bahía, se recurre a la solución de elevar un espacio concreto en la parte sur de la plataforma principal marcando un recorrido adaptado hasta el mismo desde la zona de aparcamiento realizado con hormigón tintado con muros perimetrales de piedra basáltica. Es por lo que ha creado una plataforma nueva, dentro del mirador que proporciona una visión distinta de la bahía de Las Playas, la orografía del terreno hacía imposible otra solución.

“El diseñar en realidad es la excusa… el diseñar en la Naturaleza,
me da una visión de 360º, una visión completa y me obliga a generar soluciones que me llevan a dibujar, pintar, hacer escultura, fotografía, videos, diseñar espacios, mobiliario, diseñar jardines, escribir… todo se ha ampliado, todo es mucho más amplio, todo”.

 

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